La Antigua

La Antigua,
con sus calles empedradas,
las casas pintadas
de colores alegres,
con las tejas tan bellas,
fue testiga de nuestras
noches en donde
solo existiamos
tu y yo.

No importaba quien nos viera,
eramos una pareja
que necesitaba besarse
abrazarce en cualquier
esquinita de ella.

Los bares a los que solíamos ir,
las conversaciones que tu y yo
teníamos,
las caricias picaras
que me solías dar,
y yo con la cara roja
pero feliz de sentirte,
de sentirte cerca de mi,
de sentir tus besos,
acariciar tu pelo,
besarnos y reír.

El día que fuimos
a dormir al hotel
tan hermoso,
como dos amigos,
cada uno hablando
en su cama,
sin necesidad de
besarnos y acariciarnos,
siendo confidentes
de nuestras vidas.

La caminata llena 
de besos y caricias
para llegar al lugar
a donde fuimos a
comer y a beber.

La comida tan especial
y exótica que pediste,
tu rostro, tus ojos brillantes,
todo tu ser tan lindo,
y todos los besos que me regalaste.

Volvimos a caminar
como que no existiera
nadie,
los besos y abrazos
nos unían,
tocaste el timbre
del hotel,
subimos las gradas
y nuevamente,
entramos a esa habitación
tan linda, romántica
y especial.

Fraternalmente seguimos
conversando,
y nuestra temperatura
fue subiendo por los
deseos y la pasión,
me besaste y empezaron
a danzar nuestros
cuerpos al mismo ritmo,
a la misma intensidad,
los besos eran constantes,
las caricias también,
poco a poco fuimos
quitandonos el disfraz
para sentir nuestros
cuerpos tibios y llenos
de excitación.

Luego todo fue
perfecto,
empecé yo a
sentirte a jugar
mi boca contigo,
cuando gozaste
de mis juegos
me penetraste
directamente
a mi vientre,
que te deseaba
como loca,
la llenaste toda,
cada movimiento,
cada beso, cada
caricia aun la recuerdo,

Todo fue tan lindo,
tan especial,
nuestras conversaciones
se suspendían con los besos
danzamos fuerte, tiernos,
rápidos y despacios,
me llevaste al cielo
muchas veces
y luego yo tome
el néctar de tu ser.

Danzamos varias veces,
hasta el cansancio total,
yo no dormí,
estaba feliz y me gustaba
admirarte.

Fue una noche perfecta,
con el primer hombre
con el que he dormido
en toda mi vida.

Hubiese querido
quedarme en el
hotel danzando
mucho más,
pero el ritmo
del tiempo
pasa volando,
pero nuestra danza
es eterna.

La Antigua.....
Me recuerda todo
lo especial que haz
sido conmigo,
caminando de noche,
en un parque,
enfrente de una iglesia,
dando vueltas y hablando,
por supuesto los besos
y los abrazos eran constantes.

El eterno tiempo que sentía,
por que sabia que cada vez
que íbamos a la Antigua
danzariamos una vez mas,
a entregar nuestros cuerpos
y fundirlos en uno...

Lindos recuerdo vividos
contigo, entregándote
todo mi amor,
si todo el amor que
siento por ti!

TE AMO Y ESPERO