OLVIDO

 Olvido,

no eres ausencia,

eres el susurro de un alma que aprendió

a soltar sin miedo.

 

Compareces sin pedir permiso,

como la brisa que despeina los árboles viejos,

y te llevas consigo

los ecos que ya no sostienen vida.

 

No eres traición a lo vivido,

sino homenaje al corazón que aún late,

valiente,

que elige seguir caminando

sin arrastrar las ruinas.

 

Eres bálsamo para la herida que ya no sangra,

puerta abierta al silencio donde renace la voz,

espacio sagrado donde la luz

tiene por fin dónde entrar.

 

Y si dejas vacíos,

no es por vacío mismo,

sino para que algo nuevo,

más liviano, más sabio, más mío

pueda brotar.

 

Olvido,

no te temo.

En ti florece la posibilidad

de volver a empezar.

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