OLVIDO
O lvido, no eres ausencia, eres el susurro de un alma que aprendió a soltar sin miedo. Compareces sin pedir permiso, como la brisa que despeina los árboles viejos, y te llevas consigo los ecos que ya no sostienen vida. No eres traición a lo vivido, sino homenaje al corazón que aún late, valiente, que elige seguir caminando sin arrastrar las ruinas. Eres bálsamo para la herida que ya no sangra, puerta abierta al silencio donde renace la voz, espacio sagrado donde la luz tiene por fin dónde entrar. Y si dejas vacíos, no es por vacío mismo, sino para que algo nuevo, más liviano, más sabio, más mío pueda brotar. Olvido, no te temo. En ti florece la posibilidad de volver a empezar.