Sin Título
Siento que mi rompecabezas va encajando,
eso no significa que me agrade vivirlo,
soy consiente del dolor que genera
ir en contra de la corriente,
que es inevitable en mi,
y que a veces llego a disfrutar de el.
Fluyo a través del tiempo,
sintiéndome libre, ligera en armonía,
pero se hacen presentes mis temores y
fantasmas, mi pasado
y estos se presentan de una vez
en cuando de una forma burlona
y caprichosa para recordarme
que no puedo confiar en nada, ni en nadie,
en donde el final no existe,
si no que se convierte en una pesadilla constante.
El miedo se sumerge en mis abismos,
me lleva a sentirme desnuda en cuerpo y alma,
me serena, me reconforta,
me da seguridad,
es como volver a mi esencia,
sin máscaras, ni actuaciones,
quitarme el disfraz, me hace sentirme
vulnerable.
El miedo al rechazo, al desamor,
me convierte en una piedra
que no siente, que deja de ser
persona a ser objeto,
haciéndome caer sobre las mismas
piedras, para darme cuenta,
hasta donde he llegado.
Entonces es cuando agradezco,
mi amor,
mi alma empieza a funcionar
sin miedos a fracasar,
mi corazón maneja mi mente,
para poder escoger
el mejor camino de mi existir,
mi amor no tiene limites,
no tiene fronteras,
y siento pureza de amar.
Fantasía, utopía, ironía,
mentiras o realidad.
Y empiezo a confiar en una persona,
que no conozco,
con quien me siento segura,
llena de amor,
que río y lloro al mismo tiempo,
que soy yo misma y no la artista
de mi vida,
que me acepta
y que cuando me mira caer
en mis temores,
me ayuda a salir de ellos,
y es allí donde comprendo
que lo que siento es amor y miedo
a amar.
eso no significa que me agrade vivirlo,
soy consiente del dolor que genera
ir en contra de la corriente,
que es inevitable en mi,
y que a veces llego a disfrutar de el.
Fluyo a través del tiempo,
sintiéndome libre, ligera en armonía,
pero se hacen presentes mis temores y
fantasmas, mi pasado
y estos se presentan de una vez
en cuando de una forma burlona
y caprichosa para recordarme
que no puedo confiar en nada, ni en nadie,
en donde el final no existe,
si no que se convierte en una pesadilla constante.
El miedo se sumerge en mis abismos,
me lleva a sentirme desnuda en cuerpo y alma,
me serena, me reconforta,
me da seguridad,
es como volver a mi esencia,
sin máscaras, ni actuaciones,
quitarme el disfraz, me hace sentirme
vulnerable.
El miedo al rechazo, al desamor,
me convierte en una piedra
que no siente, que deja de ser
persona a ser objeto,
haciéndome caer sobre las mismas
piedras, para darme cuenta,
hasta donde he llegado.
Entonces es cuando agradezco,
mi amor,
mi alma empieza a funcionar
sin miedos a fracasar,
mi corazón maneja mi mente,
para poder escoger
el mejor camino de mi existir,
mi amor no tiene limites,
no tiene fronteras,
y siento pureza de amar.
Fantasía, utopía, ironía,
mentiras o realidad.
Y empiezo a confiar en una persona,
que no conozco,
con quien me siento segura,
llena de amor,
que río y lloro al mismo tiempo,
que soy yo misma y no la artista
de mi vida,
que me acepta
y que cuando me mira caer
en mis temores,
me ayuda a salir de ellos,
y es allí donde comprendo
que lo que siento es amor y miedo
a amar.
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