A horas de terminar los cuarenta y dos
A
horas de terminar los cuarenta y dos y
empezar el reto de los cuarenta y tres, ahora puedo decir con seguridad que
todo lo que viví antes de este año fue una preparación para este nuevo año que
empiezo a vivir de una manera especial y diferente. Pase por un cumulo de
experiencias, de matices fríos a cálidos, de días alegres a tristes, de subidas
y bajadas, de curvas y paralelas y viceversas en todo, puedo decir que mi vida
ha llegado a un punto en donde siento la seguridad de vivir al máximo cada
momento de mi existir, con más sueños e ilusiones, con compromisos y desafíos,
pero sobre todo con amor en todas sus facetas.
Muchas
veces lo miraba como algo lejano para mí, solía preguntarme si merecía amar y
ser amada, si en algún lugar del mundo se encontraba mi amor fugado por todos
estos años y el dos mil dieciséis llego de sorpresa, con unas bellas letras,
que las amare por siempre y palabras que transmitían confianza y fui conociendo
poco a poco esas emociones únicas y valederas del amor en toda su esencia.
Hoy
se empieza a cerrar un ciclo de cuarenta y dos y se apertura el ciclo de los
cuarenta y tres, que desde ya lo augurio lleno de bendiciones y momentos bellos
al lado de los seres que amo. Por hoy puedo decir que ya no tengo más que
pedirle a la vida, lo que se encuentra en mi universo me hace feliz, llena,
plena, dichosa, todo lo que viene después es un plus otorgado por Dios.
No
me queda más que agradecer la oportunidad de haber vivido un año más de vida,
lleno de instantes, de personas que
cruzamos caminos, de aprendizajes
constantes, de quimeras y fantasías que
ahora son reales.
Me
despido de los cuarenta y dos y recibo a los cuarenta y tres con los brazos
abiertos y con la certeza que será un mejor año de vida.
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