El tiempo perfecto

Ahora comprendo que no hay mejor aleado que el tiempo y Dios, todo está destinado en el momento propicio para que se otorgue lo que deseamos, soñamos y rezamos con la fe que un día tocará a la puerta la suerte.

En la angustia desesperada de sentir que las suplicas no son escuchadas, se invade el existir de dudas inesperadas que atormentan el alma y no permiten ver todo lo bello que está a nuestro alrededor.

En esa dinámica de vivir deseando, adquirimos aprendizajes que nos permiten ser una mejor persona, llevándonos a un fin que es el principio de la bendición que esperamos,  todo se torna con sentido, la vida se pinta de armonía y el ser se colma de dicha.

Que reparador es manifestar que el tiempo de Dios es perfecto y que llegara usted a mi vida llenándola de realidades hermosas.


Más que agradecida con Dios, con la vida y con usted.

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