Vivir

Mi niñez fue como todas,
mimada, consentida y adorada,
me educaron y me ensenaron
las reglas a seguir
en este diario vivir.

Crecí y observe
miles de injusticias,
que habitan en esta sociedad.

Vi a mi padre y a mi nonno morir,
vi como mi vida se me iba de las manos,
conocí el amor y lo perdí,
y para no sufrir más,
cerré fuertemente mis ojos,
y  programe a mi alma
para que no sintiera nada.

Me fui caminando por veredas, por barrancos
y decepción, buscando encontrar,
una salida sin complicación.

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