La dualidad de vivir


Así como los días de enero, soleados, nublados, con viento, con calor, como los niños se preparan a un nuevo inicio de clases, así suelo y no suelo ser yo. Mi dualidad de vivir me permite existir en un mundo que muchas veces me gusta, del cual me quejo y me suelo divertir, me río a carcajadas y lloro desolada, como una niña mujer, mujer niña que busca un tesoro, el amor, luego recuerdo que el amor no se busca, si no me encuentra, desparramada en mis sentimientos y violentando mis pensamientos con los cometas que día a día atraviesan por mi mente, unos me huyen, otros me atormentan, otros me hacen pecar, unos me inspiran, me alegran el día y no dejo de meditar. Así suele ser mi dualidad de vivir, cada día, en un universo invadidos de seres humanos que transcurrimos en un planeta llamado tierra, indiferentes ante la realidad social, le bajan a la gasolina, salgamos a pasear más, pagamos con la tarjeta y a fin de mes miramos que hacemos, observamos un niño sin lápices, crayones, cuadernos y nos da igual, nuestros hijos tienen más que eso, matan a una persona y nos vale, no era nuestro familiar. La dualidad del existir es tan delicada, tan compleja y a la vez tan burlona, la mía es simpatiza anda rondándome constantemente que es mi amiga, mi cómplice, mi compañera y a la vez me juega la vuelta, habla de más y un resbalón o se cuadra o se desencaja.

Tantas palabras que surgen del torrente de pensamientos que brotan de mi alma, como balas de amor rebotan en el teclado de mi computadora para explotar en la dualidad de vivir.

P.D. Feliz día de los Reyes que les colme de amor, trabajo, salud y prosperidad, pero sobre todo de paz en la humanidad.

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