Ella estaba

Ella estaba cegada, no creía en nada que no fuera él.
Hoy volvió a ver la luz, todas las palabras hermosas, los besos apasionados, las caricias, el amor que le regalaba sin medida, no significaban nada, nada más que una mujer que habitaba por unos instantes su intimidad.
Ella sabe que era un sueño inalcanzable, su corazón se convierte en añicos, aún sonríe, continúa el cuento, unas páginas más para el encuentro del final.


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