Su ángel
Ella cada día ama más al
ángel especial que la vida le regalo en el momento justo cuando estaba al filo
del precipicio, él con su amor y estoicismo fue construyendo el rompecabezas de
su vida, siempre tendiéndole sus dos
manos para levantarla cuando cae, la resplandece, le expresa palabras llenas de
dulzura y sabiduría, sabe protegerla en sus brazos, el latir de su corazón la
llena de paz y le regala miles de posibilidades para estabilizarla en sus
montañas rusas.
Él ángel de su vida, sabe
que ella lo ama en el infinito de su ser, la ha
transformado en toda una mujer, con la compenetración al ritmo de la
danza del amor que le enseño a bailar, al compás de sus deseos y ella agradecida
le complace en todo sintiendo devoción por él.
Cada caricia de él es
delicada como el pétalo de una rosa, cada beso sublime la traslada al cielo, le provoca amarlo sin
medida, su mirada tierna y brillosa la sonroja y la sonrisa que se dibuja en su
rostro es su inspiración para continuar viva.
Qué más puede pedirle ella
a la vida, un día más compartido a su lado, que su paciencia siga siendo tan
paciente, que a pesar de su sube y baja, permanezcas a su lado, como lo ha hecho hasta
ahora, haciéndola sentir como la mujer más linda del mundo, con sus piropos tan
dulces y directos no tiene que decirle
más, para comprender que existe un sentimiento preciso en cada instante de su estar.
Ella solo le pide a su ángel
de su vida que le consienta seguir compartiendo su compañía, que le conceda la
oportunidad de convivir con él, ella le promete que lo seguiré amando en esta
vida y la otra, nunca lo olvidara, siempre lo pensara, lo sentirá en todo su existencia,
soñándolo y amándolo desde lo más profundo de su corazón.
“Tú sabes que eres mi
ángel, que mi sentir es real y profundo, no pasajero y fugas, sin ningún interés,
ni obligación de por medio, sin pedir nada a cambio, sin esperar más que la
dicha de amarte en libertad, sin
ataduras, sin compromisos, lo que yo siento por ti es simplemente amor
del bueno, el mejor amor que ha existido en mi vida, en donde te he cuidado
como mi tesoro preciado, no existe nadie más que tu…”.
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